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19 noviembre 2007

Y LLORA LA LEEEE!!!!! Y LLORA LA LEEEE!!!!!











Mucho, pero mucho más allá de vencedores y vencidos, de presunciones de violencia, de amenazas cruzadas, de enfrentamientos aislados, del robo a la utilería de Godoy Cruz horas antes del partido y hasta de ese sabor que pierde una fiesta como la de ayer sin la asistencia de visitantes, al menos por 90 minutos se pudo disfrutar de un partido de fútbol.


Es positivo, entonces, que el duelo más esperado de los últimos años haya otorgado una sentencia irrefutable: el fútbol recuperó el protagonismo perdido. Y por estos tiempos tan conflictivos y violentos, esa es la mejor noticia que el fútbol puede dar.


A partir de ese elemento tan alentador, se podrá discutir, en el más sano juicio, si la expulsión de Alastra, factor determinante y condicionante para el posterior desempeño de la Lepra, fue apresurada o no. Eso sí: lo que nadie podrá evadir es que fue un PARTIDAZO con todas las letras y está bien que sea escrito así, en mayúsculas.


Si el fútbol es la dinámica de lo impensado, el Tomba y la Lepra ayer lo dejaron más que claro. Y si los antecedentes más cercanos de ambos (7-0 de la Lepra sobre Belgrano y 2-3 del Tomba frente a Talleres) marcaban realidades opuestas, esas no se vieron en el verde césped del Malvinas. O al menos pasaron bastante inadvertidas.


El arranque altanero del equipo de Sialle, presionando en todos los sectores y jugando en campo de Godoy Cruz, era la evidencia del partido que se venía. La movilidad de Martín Gómez, en sociedad con el buen pie de Landa Garza lastimaron al Expreso en el amanecer del partido. De hecho, un remate del ex Juventud Unida hizo temblar el arco de Torrico. Era más Independiente en ese inicio a pura acción, aunque el Expreso no se quedaba atrás e intentaba replicar a cada avance de los Azules.


Hasta que llegó la jugada que hizo el click en el partido: la foja a Alastra. Antes del cuarto de hora, el volante azul recibió dos amarillas y dejó a la Lepra con diez.


Comenzaba otro partido, con un Godoy Cruz inspirado por la inyección psicológica que significaba tener superioridad numérica. Fue tal el shock que causó la expulsión en la Lepra que, apenas tres minutos después, el Tomba tomó mal parada a la última línea rival y, en una jugada sencilla, se puso arriba en el marcador.


El partido continuó en un ritmo interesante. Vivaldo voló ante un remate del Bibi González para salvar el segundo, y en la última bola antes del pitazo de Maccarone, la Lepra apostó otra vez a la bocha goleadora del Negro Ledesma y acertó un pleno.


El complemento arrancó con una Lepra gélida, entera. Así, el partido entró en un andar sereno, casi de spa. De hecho, nadie contaba con ese yerro defensivo de Pomba que -como buen goleador- aprovechó Gutiérrez.


Seis minutos después, Fernández dio el golpe de gracia con una definición exquisita. Encima, Sacripanti dejaba a su equipo con 9 y, mientras el Tomba se floreaba, Gómez encontró el premio a su esfuerzo y decoró el clásico con una bonita definición. Ya era tarde para la Lepra. El clásico era cosa juzgada. El Tomba se había robado el triunfo y, al menos durante 90’, el fútbol había recuperado su protagonismo.




Daniel Oldrá: “Ganar el clásico es una alegría enorme”




Se lo vio festejar como un hincha más. Se abrazó de todos y cada una de las personas que estaban a su lado, en especial con el Ruso Marcucci y Angelito Azcurra.


El Gato Oldrá vivió este clásico de una manera muy especial, porque fue el primero como técnico de Godoy Cruz y con el plus de que el equipo jugó como él quería y que todos los jugadores le rindieron, hasta los que llegaron desde el banco de suplentes. “En los cambios fue pura suerte. Pensé que lo podíamos ganar y metí los cambios. Esta vez salió bien; otras veces sale mal”, confió el técnico en la conferencia de prensa.


La sorpresa de la tarde fue la inclusión de Diego Pereyra entre los titulares, algo que Oldrá ya tenía en mente pero que no lo confirmó por preservar al juvenil. “A los pibes los conozco bien, Sé lo que pueden dar y por eso no me hice el misterioso, pero Pereyra tenía que llegar tranquilo al partido. De ahí que no le dije antes que iba a jugar; si no, se lo iban a comer los nervios. Lo cubrí mintiéndole a la prensa y a algunos de sus compañeros” contó el Gato, quien confirmó los titulares recién media hora antes del partido.


Este partido significó mucho para Oldrá, quien no escondió su felicidad por el triunfo. “Ganar el clásico es una alegría enorme porque vino mucha gente a apoyar. Además el día fue duro porque le habían pegado al utilero (Angel Azcurra), pero gracias a Dios salió todo bien y hoy estamos festejando”, dijo.


Sobre el partido, el técnico tombino mostró algo de fastidio por algunos errores que hicieron que el partido, por momentos, favoreciera a Independiente. “Hicimos el gol y empezamos a hacer todo mal. Les entregamos la pelota y cometimos infracciones en los costados, algo que habíamos hablado que no teníamos que hacer porque la pelota era su fuerte. Si hubiéramos puesto la pelota al piso, lo podríamos haber ganado más tranquilo”, expresó.


Sobre los cambios, Oldrá aseguró que siempre elige a los que vea mejor para jugar. “Los jugadores tienen niveles altos y bajos, pero saben que jugará el que está mejor. Este triunfo es producto de su trabajo porque se vienen matando en cada práctica y eso se vio en la cancha”, agregó.


La mayor apuesta del Gato fue la inclusión de David Fernández, quien se la jugó por la figura del partido. “David va a hacer muchos goles, muchachos. Es un goleador de raza. Si sigue de esta manera va a ser jodido (sic), porque es un delantero que tiene algo que no todos los delanteros poseen. Dios quiera que siga así y pueda triunfar porque puede jugar en cualquier lado”, marcó.


Luego del triunfo hay que comenzar a pensar en el partido ante Ben Hur (el próximo viernes) pero Oldrá quiere tomarse un tiempo para degustar este éxito. “Déjenme disfrutar este triunfo. El miércoles, cuando viajemos a Rafaela, comenzaremos a pensar en el partido con Ben Hur”, cerró el DT tombino.




La tarde soñada del pibe David Fernández


“Ojalá los disfrute, estoy seguro de que va a hacer muchos goles más David (Fernández)”, contaba eufórico José Mansur, el vicepresidente de Godoy Cruz, cuando el partido era cosa juzgada y el vestuario de Expreso era delirio en su estado más puro.


Y no era para menos. El robo en la utilería del club había obligado a los dirigentes de Godoy Cruz a salir de “shopping” para comprar nuevos botines para sus jugadores. Presagio del destino quizá, ¿sabe cuáles fueron los botines más caros de todos los que compraron los dirigentes? Sí, adivinó, los de Fernández. Confirmado por el propio jugador, sus botines costaron 750 pesos. En consecuencia, David Fernández fue el dueño de los “botines de oro”.


“En primer lugar, estoy muy contento con este nuevo cuerpo técnico, la verdad que me han dado una confianza bárbara y el Gato (por Oldrá) me conoce desde hace mucho. Gracias a Dios la pude meter y retribuir esa confianza”, comentó David.


“Sabíamos que era difícil ganarle a Independiente, pero era un clásico y teníamos el compromiso de darle una alegría a toda la gente que vino y a nosotros mismos”, comenzó diciendo la figura de la cancha.


Consultado sobre cuáles fueron las sensaciones que vivió en su primer clásico oficial, el jugador confió: “Estuve tranquilo, sintiendo mucho la camiseta, como un hincha y creo que se vio en la cancha que lo ganamos por todo lo que sentimos esta camiseta los chicos del club”.


Con respecto a los merecimientos de Godoy Cruz a la hora de quedarse con los tres puntos, Fernández apuntó: “Creo que el primer tiempo estaba para cualquiera, peor hicimos los goles en el momento justo, aprovechamos las oportunidades que tuvimos y ganamos el clásico”.

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Funkfarron 9:14 a. m.

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