07 diciembre 2008
El 2-1 fue generoso.
Y la historia se repite otra vez... Sí. Godoy Cruz volvió a vencer a River. Como en aquella fría noche de julio de 2007. Y ahora mira con más optimismo el cierre del torneo Apertura.
El libreto de Diego Cocca se cumplió a la perfección en la primera mitad del juego. Lo que tanto viene pregonando el entrenador desde que llegó -presión, control de balón y juego por las bandas- fue llevado a la máxima expresión por sus jugadores.
Por eso el Tomba jugó sus mejores minutos con el DT en el banco. Un pensante Figueroa clarificó todo cada vez que se tuteó con la pelota y Encina desequilibró cuando arrancó por su andarivel. El gol es una muestra clara del trabajo colectivo bodeguero que pide el adiestrador: la empezó “Sapito” por derecha y habilitó a su socio, Víctor remató, tapó Vega y el ex mediocampista de Central llegó para empujarla al gol. Una obra maestra de precisión en ataque.
Quizá la falta de puntería para aumentar el resultado resultó la mancha negra, ya que no pudo aprovecharse de un River perdido en la cancha y que se vio sumergido en un concierto de errores donde apostó siempre a arrestos individuales. Sólo el despliegue de Radamel Falcao sirvió para salvar la vergüenza de este Millonario que justifica la posición en la tabla.
River estaba para el cachetazo en cada contra profunda del Expreso, entre la impericia de Figueroa, Caruso y Borghello, y la buena noche de Daniel Vega, le dieron vida a los hombres de Rodríguez.
Y casi en terapia intensiva apareció Abelairas para cambiarle el palo a Ibáñez y empatar el compromiso. Un poco de oxígeno en lo anímico pero no tanto en la tarea futbolística, más allá de que la entrada de Flores le dio algo de volumen a la hora de generar fútbol.
Después ambos contaron con situaciones de gol para desnivelar, Figueroa dilapidó la suya y luego el colombiano Radamel Falcao perdió en el mano a mano con el Loco Ibáñez.
A medida que pasaban los minutos ambos buscaron de diferentes maneras, el Tomba ya no fue tanto y apostó a algún ataque salvador aprovechando las falencias defensivas de los locales, mientras que a la banda nunca le aparecieron las ideas para conseguir volcar la historia a su favor.
Pero el grito esperado por fin se escuchó fuerte en Liniers cuando se moría el encuentro. Gran pase de Encina para Caruso y el “Rifle” no perdonó cuando enfrentó a Vega. Gol, delirio y fiesta nuevamente contra un grande.
Tenía que ser ante el devaluado River el momento de retornar al triunfo, después de aquella goleada ante Boca (pasaron ocho fechas).
Este triunfo viene muy bien para que el Expreso tome un poco de aire y sueñe con la salvación. Así, no hay dudas que es posible. 
Etiquetas: Dale Tomba 2008, River
Funkfarron 9:27 a. m.