Funkfarron 2011

Lindo fin de semana para ser un Caruso.

Uno tira bombas. El otro clava un bombazo. Uno renace a media Avellaneda. El otro nació en Avellaneda. Uno se presenta solo. Al otro muchos lo conocieron recién ayer. Leandro Caruso tardó apenas 30 segundos en paralizar por primera vez a la Bombonera. Una media vuelta suya le lanzó una miradita a un ángulo de Abbondanzieri. La otra, ya a los 15' del segundo tiempo, se metió de lleno. A esa altura eran dos los comentarios recurrentes: 1) "Che, juega bien Godoy Cruz"; 2) "¿Quién es este Caruso?".

Bueno, este Caruso lleva una vida apostándole al fútbol. Sabe de frustraciones, de largar todo y volver a empezar. Hoy, asentado en el Tomba (suma tres goles en este Clausura, su segundo torneo) y con los flashes encima, dice que irse de Independiente fue "lo mejor que hice en mi vida". En las Inferiores del Rojo se hartó porque lo hacían a un lado, porque decían que era muy delgadito para aguantar el roce. Entonces se cruzó de vereda. Después de un año en Dock Sud, que coincidió con su estirón corporal (se arrimó al metro 82 que mide ahora), despuntó el vicio en el Futsal de Racing. Y la rompió. Por eso se lo quiso llevar River, pero en Sarandí vieron que sus condiciones también daban para cancha grande. Debutó con Burruchaga en la temporada 01/02 y luego ascendería con Arsenal.

"Este es uno de los goles más lindos de mi carrera y, seguramente, el más importante", cuenta este Caruso, que a los 27 años aún guarda típicos gestos de Futsal: "Me gusta pisar la pelota, siempre fue mi estilo y no lo hago para cargar a nadie. Al que le guste, bien; y al que no, lo lamento". Sí, a lo Caruso.

Fútbol de salón.